Centenario de Benny Moré
Al centro Benny Moré, acompañado de su Banda Gigante en 1953, aparecen en la foto, entre otros músicos: Chombo Silva, Chocolate Armenteros, Rolando Laserie, Clemente Piquero y Eduardo Cabrera. "El Bárbaro del Ritmo", nació en Santa Isabel de las Lajas (Las Villas - Cuba) el 24 de agosto de 1919, este próximo 24 de agosto serán 100 años del nacimiento de este fabuloso e inigualable músico cubano. Esperen más notas e información en nuestro espacio cultural.
Cali, enero 11 de 2019.
FANIA - 50 AÑOS
FANIA ALL STARS – 50 AÑOS
Algunos autores atribuyen el inicio de la FANIA ALL STARS en fecha diferente a la presentada por ACME, consideramos respetuosamente que el comienzo de esta orquesta, se dio en el pequeño bar neoyorkino, llamado Red Garter, allí en el año 1968, se reunieron por primera vez las estrellas de la música afrolatina y tocaron nueve temas que aún no se etiquetaban como “Salsa”, era el son cubano tocado al estilo del barrio latino.
En este concierto intervinieron los músicos habituales del recién creado sello Fania Records: Ray Barretto, Joe Battan, Willie Colón, Larry Harlow, Monguito (Ramón Quián), Johnny Pacheco, Bobby Quesada, Loui Ramírez, Ralph Robles, Mongo Santamaría, Bobby Valentín, Héctor Lavoe, Ray Maldonado, Ralph Marzan, Ismael Miranda, Pete “Conde” Rodríguez, Bobby Rodríguez, José Rodríguez, Barry Rogers, Adalberto Santiago y Orestes Vilató.
Participaron como invitados los músicos: Tito Puente, Eddie Palmieri, Ricardo Ray y Jimmy Sabater.
Los temas interpretados fueron los siguientes: 1. Sabor sabor, 2. Guatacando, 3. Country girl - City man, 4. Me gusta el son, 5. Son cuero y boogaloo, 6. Red Garter strut, 7. Kikapoo Joy Juice, 8. If this world Were mine y 9. Richie's bag. La mayoría de los temas tenían letras cortas y basados en coros, lo que se pretendía era mostrar las habilidades de los instrumentistas y varios de los temas fueron interpretados en inglés.
La dirección orquestal estuvo a cargo del dominicano Johnny Pacheco, la producción se publicó en dos volúmenes, el primero en 1968, llamado “Live at the Red Garter, Vol. 1” y el segundo volumen en 1969, al que se le denominó “Live at the Red Garter, Vol. 2”. Retrotraigámonos a esa histórica sesión y escuchemos al cubano Monguito, cantando “Me gusta el son”.
Me gusta el son (DRA) Monguito y Estrellas de Fania - Son - 1968.
Melomanos y Coleccionistas
¡LA MUSICA BAILABLE EN CUBA REVOLUCIONARIA!
Por: César Pagano Villegas
Los últimos días del año 1958 fueron de confrontaciones importantes entre un gobierno débil y represivo que trataba de sostenerse desesperadamente y una insurrección armada creciente y decidida a tumbarlo apoyada por movilizaciones populares en las ciudades, como la huelga en Sagua La Grande que motivó una ofensiva de la dictadura con torturas, asesinatos y carros blindados, tropas de infantería y bombardeos desde la costa sobre la población civil.
La consigna del movimiento 26 de Julio era clara para el sabotaje con los 3C con 0: 0 cine, 0 compras y 0 Cabarets. Esas y otras acciones (ataques aislados, bombas incendiarias, publicidad agresiva, etc.) paralizaron buena parte de estas actividades recreativas y el régimen respondía brutalmente y también trataba de simular normalidad.
Cuando entra el Ejército Revolucionario de barbudos a la Habana el 1º de Enero de 1959 la mayoría se dedicó a celebrar con alborozo natural, pero otra parte minoritaria se dedicó a romper: parquímetros, casinos, ruletas, victrolas o traganíqueles en sitios de prostitución. Las actividades siguieron paralizadas por diez días por combates aislados, por el juicio a militares asesinos y colaboradores por la fuga de exiliados, pero paulatinamente la normalidad se va imponiendo por unos meses, hasta cuando vuelve arreciar cuando el gobierno revolucionario empieza a tomar medidas radicales tales como La Reforma agraria, la Reforma urbana, la campaña de alfabetización, y la orden de nacionalizar las grandes propiedades extranjeras que es otro ingrediente que desencadena desde U$A la invasión a Bahía Cochinos que es derrotada en forma humillante en pocos días.
El primer género que se alteró desde antes de la toma del poder fue LA MÚSICA CAMPESINA, que impactó más por los mensajes de rebelión, que la música que siguió inalterable los patrones tradicionales, con las excepciones de Eduardo Saborit (1911-1963) desaparecido prematuramente y Carlos Puebla que llegó a convertirse en el cantor oficial de la Revolución. Saborit compuso: “La guayabera”, “Cuba que linda es Cuba”, “Conozca a Cuba primero” y el “Himno de la alfabetización”.
Todo eso explica que el último de los ritmos que se atribuyó el guionista de radio, Eduardo Davidson o Claudio Cusa (Baracoa, Oriente 30 Octubre de 1925 - Nueva York 10 Agosto de 1994) en 1958, como un tema musical que da origen a La Pachanga (que algunos como el músico Esmérido Delis, aseguran que era una invención de Electo Rosell, “Chepín”). En Cuba misma no gozó de una difusión adecuada ni ganó trascendencia interna, como si la tuvo enorme en Nueva York donde se conformaron más de 20 charangas para interpretarla, bajo las pautas del maestro cubano Gilberto Valdés, según contaba Charlie Palmieri.
Años después de ensayar algunos nuevos ritmos tales como: el Pa cá de Juanito Márquez, o el Pilón de Enrique Bonne promovido por Pacho Alonso y sus Pachucos, el auge de los carnavales se vivió con el Mozambique de Pello El Afrokán (Pedro Izquierdo, nacido en el barrio de Jesús María, La Habana el 7 de enero de 1933 y fallecido en la misma ciudad el 11 de septiembre de 2.000 debido a un cáncer. Pello se hizo popular en 1963 cuando ganó predicando su sistema muy fuerte de sonoridad para bailar, en base a metales tales como los trombones y las trompetas, y una percusión de un bombo como bajo, tres tamboreros para seis tamboreros y tres campanas y una sartén, que se tocaban en dos claves: una a tiempo y la otra a contratiempo. Naturalmente esto llevaba voces a coro y a veces un solista que se lucieron en: “María Caracoles, ¿Qué es esto que llega?, Camina como cómico, Ileana quiere chocolate.”
El Pilón fue el ritmo oriental inventado por el maestro Enrique Bonne. (San Luis, Oriente, 15 de junio de 1926) y difundido por Pacho Alonso (Pascasio Alonso Fajardo, Santiago de Cuba, 22 de enero de 1928 - La Habana 27 de agosto de 1982) con Los Bocucos, que luego cambiaron a los Pachucos. Los más famosos pilones fueron: A cualquiera se le muere un tío, No quiero piedra en mi camino, Se tambalea, Que me digan feo, etc. También ensayó el Simalé y el Upa Upa como ritmos con Pacho Alonso, pero estos no tuvieron tanta resonancia como el Pilón. Actualmente el maestro dirige un grupo llamado Tambores de Oriente.
Yo no quiero piedra en mi camino (Enrique Bonne) Pacho Alonso y Orq. Bebo Valdés.
Arrímate pa´ca (Juanito Marquez) Combo de Juanito Marquez.
Por supuesto que estas renovaciones ocurrieron simultáneamente con la tradición revitalizada con la Revolución y representada en grupos tales como: El Trío Matamoros, El septeto Habanero y el Nacional, Ñico Saquito y sus Guaracheros de Oriente, María Teresa Vera y Lorenzo Hierrezuelo, El dúo Los Compadres, Celina y Reutilio, Conjunto Los Naranjos, Chapotín y sus estrellas, Conjunto Casino, La Gloria Matancera, Pío Leiva y sus Montuneros, y orquestas charangas como los descendientes de Antonio María Romeu, La Aragón, La de Estrellas Cubanas, La de Neno González, la de Enrique Jorrín, Las Maravillas de Florida, La Ritmo Oriental, y surgen revelaciones como Pancho El Bravo en La Habana y La Original de Manzanillo. En las agrupaciones de metales destacaba la gran orquesta Riverside, La de Chepín Choven en Oriente, y por encima de todas la de Benny Moré. Por supuesto que hay multitud de personalidades que surgen y se consagran en esta época: José Tejedor, Fernando Álvarez, Pacho Alonso, y entre las damas: Celeste Mendoza, Blanca Rosa Gil, Elena Burque, Omara Portuondo, Moraima Secada, Gina León, Berta Dupuy, y los fenómenos sensacionalistas de La Lupe y Fredy que morirán fuera del país.
A mediados de los años 60s se parte la música entre la tradición y la renovación de la misma. Se toman una serie de fallecimientos notables como indicador: La muerte de Benny Moré (1963), La de Ernesto Lecuona (1963), Paulina Álvarez (1965), Roberto Faz (1966), Cheo Marquetti (1967) y la de Ignacio Piñeiro en 1969.
La industria fonográfica se nacionaliza desde 1961 y entra en un proceso con la Imprenta Nacional de Cuba hasta llegar a la EGREM actual que empieza a grabar hasta llegar a más de 12.000 títulos.
Entre los registros que más aprecio están las grandes orquestas clásicas, pero también las del trompetista Leonardo Timor, la big band de Peñalver, la flamante de Praga Cuba te saluda, con grandes arreglistas que culmina en la Orquesta Cubana de Música Moderna liderada por Armando Romeu y también las primeras grabaciones muy polémicas y luchadas de Chucho Valdés y su Quinteto de Jazz con Amado Borcelá, “Guapachá”.
LOS AÑOS 70
El régimen – cuando esperaba una rebelión - se muestra sumamente complacido con los mensajes y la música de la Nueva Trova que se constituyó formalmente en la Casa de Las Américas en el año de 1968 y recibió el apoyo cuantioso y decidido sobre las otras músicas.
De todas maneras este año reluce muy interesante, pues como primer gran acontecimiento debemos consignar que se constituye espontáneamente y difunde ganando popularidad La Orquesta Los Van Van bajo la conducción de una figura promisoria y revolucionaria que es Juan Formell, despegándose de la Orquesta Revé que evoluciona muy despacio, pero que también se recompone y sigue su camino. Van Van tiene una primera etapa con un sonido original de charanga que evolucionará y consigue éxitos de impacto.
Muchos grupos ganan popularidad, tales como Los Reyes 73, Los Latinos, La Monumental, Yaguarimú, Septiembre 5 , Ferver Opus de Camaguey , El Conjunto Rumbabana renovado bajo la dirección del maestro Joseíto González, Los Karachi, La Orquesta Ritmo Oriental gana figuración importante, pero lo que sacude toda la escena causando una revolución musical es la conformación del Grupo Irakere que con sus dos vertientes de interpretar jazz y música bailable, ganará primero ascendiente nacional y luego prestigio internacional gracias al repertorio, a los arreglos originalísimos de Chucho Valdés y al virtuosismo de sus componentes y el apoyo recibido de jazzistas tales como Dave Brubeck y luego Dizzi Gillespie. Es tal su magnitud e impacto que Logra opacar momentáneamente a Van Van.
Y se vuelve en el estilo que otros jóvenes quienes emular, y por eso constituyen grupos inquietos inspirados en Irakere, tales como: Opus 13, Afrocuba, Raíces Nuevas. Este decenio se reafirma con la aparición del fecundo compositor Adalberto Álvarez con el Conjunto Son 14 en Santiago en el año de 1978, que significa una evolución deliciosa de sonido y variedad en el son cubano. Pocos años después se dividen y Adalberto marcha con algunos integrantes a La Habana donde constituirá Adalberto y su son, agrupación musical que se mantiene vigorosa hasta nuestros días.
AÑOS 80
La pianística cubana gana nuevos bríos con personalidades tales como: Emiliano Salvador, Gonzalo Rubalcaba, Emilio Morales, Jorge Luis Prats en el piano clásico y muchos otros más.
Despegan cantantes populares tales como: Pedro Calvo, Israel Sardiñas, Tiburón Morales, Oscar Valdés, Issac Delgado, Paulito F G, Jacqueline Castellanos, Bobby Carcassés, etc. La diva indiscutida entre las mujeres de la canción y el bolero es Elena Burque.
Los virtuosos demuestran sus progresos fruto de la academia y la enseñanza de maestros de países orientales al lado de la enseñanza en la universidad de la calle y la vida, aunque la carencia de instrumentos, de libros y métodos y grabaciones se hace sentir notablemente.
En 1981 Van Van que ha estado un poco relegado, ensaya un tempo más lento y cadencioso e incorpora trombones contra el gusto de algunos seguidores que mucho criticaron el primer disco con esos instrumentos nuevos, pero que fueron barridos por la acogida del grueso de bailadores en el Paso del buey cansado. Fue muy bien luchado y recompensado el estrellato que se gana Israel Sardiñas, como compositor y cantante muy dotado. Los Van Van se erigen en paradigmas que abren un sendero nuevo con su estilo y por ese rumbo evolucionan algunos grupos dentro del país (Manolito Simonet y su Trabuco) o afuera en Puerto Rico con el grupo Batacumbele.
A finales de este decenio,(1988) un viaje de NG La Banda a Cali, les descubre en su Feria Internacional, la necesidad de sumar a la pericia en el dominio de instrumentos, arreglos complejos, la necesidad de hacer música para el bailador y buscar el mensaje social vinculante. Esa enseñanza los devuelve a Cuba a buscar lo que faltaba para lograr estallar unas bombas deliciosas y potentes con esos metales del terror, un poderoso ritmo y unos arreglos complicados, unos tumbaos del piano y al final la delicia sonora creada con ese portento admirable que es la Timba. El período especial y la suerte también desataron un fenómeno mundial de difusión de la música cubana a través de Buenavista Social Club, a través de las presentaciones, los discos, el cine y un resultado de más de veinte millones de discos vendidos.
Cuba que linda es Cuba (Eduardo Saborit) Ramón Veloz.
La guayabera (Eduardo Saborit) Grupo Eduardo Saborit.
LOS AÑOS 90
En tiempo muy difíciles cuando ocurre el período especial por la caída del régimen en los países socialistas, Cuba asiste perpleja a un estremecimiento general llega con el imperio de La Timba, género vanguardista organizado principalmente por un auténtico creador, simpático, iluminado y alocado de José Luis Cortés. La inspiración arribó seleccionar músicos fuera de serie y tocarle y cantarle a los barrios de la Habana con La Expresiva, Los Sitios enteros, La protesta de los Chivos y los que siento es Lelo lay. Además de Tony Calá descubrió a Issac Delgado, un hombre con una voz susurrante pequeña pero muy bella y con manejada con una inteligencia sobresaliente que lo consagraron pronto. Crítica hubo para el Picadillo de soya, alimento sin duda importante pero monótono cuando no había más, y para las mujeres tales como La Bruja y El Trágico de Mari Trini, lo cual convocó la reacción airada de las Mujeres Demócratas que hicieron suspender canciones por varios años.
Pero José Luis atacó por un flanco más sólido que Irakere apenas arañó, cuando buscó cantarle a la religiosidad latente de cada cubano y explotó esa temática tan íntima y sensible: Qué viva Changó, Santa Palabra etc. Esta vertiente que parecía vetada para la música popular se expandió a una velocidad y profundidad inusitada y Adalberto enriqueció el asunto con temas como: “Qué tú quieres que te den” (su canción más solicitada), Viejo Lázaro de Dan Den , Extraños ateos de La Charanga Habanera y la Reina de Ifé con Pachito Alonso y sus Kini Kini. El obispo de La Habana alarmado solicitó igualdad de oportunidades en la difusión del mensaje cristiano. “Santa Palabra” fue lo que siguió sonando.
Clave dominante de rumba, poderosa percusión, soberbios metales, tumbaos celerísimos del piano, bajo certero y grande, y unos pregones y unos coros que contagiaron pronto a la gente de la Habana y de la Isla.
N.G La Banda fue un sol tan luminoso que no dejó ver ni oír otros grupos interesantes de la época, tales como: Pedro Pablo y su Salsómetro con “Esa niña tremendo punto, con tremendo tiempo” y Manolito Simonet con “Trata que no me dé, eso que a mí me da”. N.G influyó de una manera tan intensa y profunda que surgieron grupos inspirados en esa agrupación, tales como: Bamboleo (orquesta revelación de Lazaro Valdés jr. Con las dos calvas, Haila y Vania) y más adelante una agrupación ejemplar que moderó la timba, asimiló el jazz y recogió el son tradicional como ha sido la de Maraca Valle. Después lo que viene y lo que va es una serie de artistas, algunos en plan muy experimental pero que se estancaron como Interactivo con Bobby Carcassés Jr. y Telmary Díaz o Yusa y el más revolucionario pero que no germinó aún como X Alfonso que incorporó de manera digna al mismo Benny Moré. Hay multitud de nombres: Kelvis Ochoa, El felino , Leoni Torres, Alaís Pérez que entra y sale y se mueve, para culminar en la triunfante formula de los Orishas desde Francia, jazz, rap, rock y mucho son, y con más son aún pícaro o fiestero e incluso con trova Tony Avila y una gran orquesta con repertorio muy desigual que es la del trompetista que el público forzó a cantante, Alexander Abreu y también con Pupy y Los que son Son y Maikel Blanco y Pepito o El Niño y la Verdad que incitan a bailar la rueda de casino que prolifera en todas partes.
Hay un compositor fuera de serie por su cantidad y calidad de obras, que es Decemer Bueno (La Habana 1971) que entra y sale de Cuba a U$A, pero siempre conmueve o suscita comentario.
Y que tiene una obra impresionante por los numerosos artistas a los cuales ha interesado e involucrado: Pável Urquiza, Alma Rosa Castellanos, Bobby Carcassés Jr., Telmari Díaz, Ahmed Barroso, Andrés Levin, Pedro Martínez, X Alfonso y hasta Fernando Álvarez ya moribundo que le cantó el inefable bolero SE FELIZ.
Entre los cantantes que han superado el medio siglo de existencia menciono a tres cantantes notables que son muy preferidos: Issac Delgado, Mayito Rivera y Pedro Lugo Martínez, a quien presento por ser menos conocido. Versátil pues canta bien: el son, la rumba, la timba y el bolero.
Nos seguiremos apoyando en la conclusión que siempre sostuvo hasta su muerte Leonardo Acosta: ¡EL PROBLEMA DE
LA MÚSICA CUBANA NO ES DE CREACIÓN ES DE DIFUSIÓN!!!
Cuba, contra todo bloqueo, tiene futuro como se refleja claramente en sus artistas y sus obras perdurables.
¡Salsa y Cultura frente a la Sepultura!
¡Optimismo frente al abismo!
Y decía Chopin ¡que suene como Los Van Van!
.- Radamés Giro-. Diccionario Enciclopédico de la Música Cuba. 2007 La Habana
.- Leonardo Acosta. Otra visión de la Música cubana. Letras cubanas. La Habana 2004
Bogotá, 24 de enero de 2018
Nota: Resumen del conversatorio "La música bailable en Cuba revolucionaria", realizado con el coleccionista César Pagano Villegas, el día 28 de diciembre de 2017, en el Encuentro de Melómanos y Coleccionistas de la 60 Feria de Cali.
COLECCIONISTAS
Entrevista hecha al investigador musical cubano, Gaspar Marrero, por la escritora cubana Mayra A. Martínez, en el año 2017. La entrevista fue tomada de la Edición No. 55 de la revista barranquillera La Lira, correspondiente a los meses de diciembre de 2017 y enero y febrero de 2018.
En apartes de la entrevista, Gaspar cuenta su experiencia en su visita a Cali en el año 2014, en donde compartió con ACME, algunos de esos momentos, por favor leamos a continuación.
Documento publicado el 26 de diciembre de 2017.
ROBERTO FAZ
Presentación del libro de Roberto Faz: Sonero de Cuba.
Cuando el autor de este libro: mi estimado amigo y colega Juan Gaspar Marrero, me solicitó por imail la posibilidad de la presentación de este formidable material, en verdad no pensé en darle respuesta inmediata, sin embargo, en mi fuero interno, rápidamente tomé la decisión de hacerlo. ¿Cómo podía sustraerme a tan noble, agradable y sana petición? e inmediatamente le contesté que sí.
Estaba seguro que el amigo Gaspar sabía desde hace mucho tiempo el interés que despertaría en mi persona su beneficio, pues era la oportunidad en pocas palabras, de manifestar todo el reconocimiento, admiración y respeto que sentía y siento por uno de los cantantes cubanos más grande de todos los tiempos: Roberto Faz Monzón.
Seré breve al comentar las documentadas páginas que configuran el texto Roberto Faz: Sonero de Cuba, defendido por la pluma certera del musicógrafo y ya enunciado camarada y amigo Gaspar Marrero, texto felizmente puesto a nuestro alcance, con tiempo suficiente, para entrar en su valoración.
Juan Gaspar Marrero es quizás uno de los escritores e investigadores de la música popular cubana en que asisten, de forma cuasi perfecta, el difícil enlace entre fondo, forma y contenido, idea y expresión, inclinación y estilo, siempre fijados en pleno destaque intelectivo y alto vuelo reflexivo.
Dueño absoluto de una escuela sosegada, profunda y distinguida por una matemática comunicación entre “el yo, el ustedes, y el nosotros”, Gaspar Marrero se adentra en estos y otros campos de la historiografía musical cubana de manera resumida, precisa, y de una limpia y conservadora raigambre en su escritura.
Siempre he pensado y en múltiples ocasiones dicho, que, Gaspar es uno de lo investigadores de nuestra música más afanoso y enterado; sus indagaciones se mueven entre la fonografía musical cubana y su trascendencia como amparo de la memoria sonora de Cuba, hasta adentrarse en otros saberes importantes, de la historiografía musical cubana.
Otros libros cosechados por Gaspar lo demuestran: Orquesta Aragón, Presencia de la Fonografía musical espirituana, y el Conjunto Casino, esta última, resulta historia capital acerca de esta afamada agrupación, que, no por gusto se presentaba en todos los espacios artísticos, con el sobrenombre de Los Campeones del Ritmo, texto publicado felizmente por este importante sello editorial. Todos excelentemente documentados, base primordial de toda buena investigación.
En estos y otros importantes materiales de su autoría, se destaca una muestra de un saber acumulado durante décadas de investigación y análisis, y de alguna manera, singulares consideraciones a quienes casi todos los que nos dedicamos a la investigación, de alguna manera les debemos algo, entre otros: Odilio Urfé, Argeliers León, Teté Linares, Helio Orovio, Alberto Muguercia, Ezequiel Rodríguez, y algunos otros musicólogos e investigadores importantes.
Hablar de Cuba en el ámbito del Caribe es reconocer forzosamente del aroma de su selecto tabaco, del dulzor de su caña de azúcar, de su exquisita música y ritmos populares inimitables, y por supuesto: de Roberto Faz Monzón, ente que constituye una especie de enviado eterno de nuestra música popular más soberana, más auténtica y valedera.
Este último accionar, decididamente es el que ha colocado a Cuba en centro de los pueblos de una buena parte del Caribe considerando a nuestra pequeña Isla, en lo que respecta concretamente al arte musical popular; él --Roberto Faz-- ha sido uno de los pocos en reflejar objetivamente, a través de sus cantares, las costumbres, sentimientos, poderes telúricos y cualidades musicales del pueblo cubano.
Pero si alguien pusiera en dudas, o no quedara claro del por qué valoramos categóricamente a este excelente cantante con estas palabras, la lectura en detalle del texto Roberto Faz Sonero de Cuba, aclarará en pormenores el por qué de la cosa, y como este cultivó las formas y estilos de su buen cantar, a través de una historia muy bien investigada y mejor contada.
El texto Roberto Faz Sonero de Cuba debe leerse considerando conceptos puntuales que, desde el criterio autoral perfilan objetivamente, la figura artística del gran músico como en toda obra intelectual que se respete en su realización.
La lectura del libro transpira placer y no pocas sorpresas, en tanto permite apreciar experiencias de una vitalidad artística muy poco conocída.
Adentrarse en una sistemática evaluación de este libro, y en especial la figura carismática y alegre de Roberto Faz, coopera al desentrañamiento solicito para enterarnos desde el preámbulo del mismo, el de estar en presencia de una obra formal en cuanto a desplazamientos puntuales, entre contextos y sólidos tejidos desenvueltos a través del tiempo, de la gigantesca figura artística estudiada.
El autor maneja de manera brillante, una indización devenida volumen de claves ocultas al respecto, hasta entonces y que comprende el ya distante y oscuro proceso de iniciación de Faz en la música, hasta su lamentable desaparición física y que, va inexorablemente, trazándose en un largo tiempo socorrido por una punzante memoria vivencial.
Estos elementos rozan con otros saberes de carácter estéticos, historiográficos y musicales de Cuba, entre los que, sin duda, encierra la historia, la vida y obra de este formidable musicante, y una buena parte de su rico entorno musical.
Luego de largas y pensadas maduraciones, el autor revela de manera vertical el acervo artístico de este gran cantante cubano, amén de las cualidades de una voz privilegiada y de excepción.
El arte musical cultivado por Roberto Faz, se dibuja como un estilo interpretativo único, singular, enmarcado en una exquisita voz de sonero, bien timbrada, melodiosa, expresiva y rítmica, que además, surcaba la guaracha, la rumba, el chachachá, el mambo y el bolero maravillosamente bien, dirigidos desde sutiles desplazamientos interpretativos.
Estos y otros semblantes, patentizan en este libro un acentuado y agradable sabor a música verdaderamente cubana, indudablemente degustada por el autor con encanto pertinaz, desde agudos y certeros comentarios, acerca de hechos y aconteceres, encuadrados en tejidos epocales concurrentes, localizados alrededor de la casi mítica figura de este formidable cantor popular cubano.
Al adentrarse el autor en una integra valoración en la vida y obra del cantante Roberto Faz, éste parece establecer un rico y avispado debate entre tradición y actualidad, acciones acometidas por el autor con limpieza y profunda observación.
Estos aspectos, y quizás algunos otros quedados en el tintero, pudieran mover a discutibles cotejos valorativos que supone la carrera artistica de Roberto Faz con la de otros vocalistas, sin duda, alargada a través de la lectura fácil y activa de este excelente libro: ¿qué duda cabe?...
Esperemos que, más allá de los inevitables tributos, imprevisibles o no, la crítica ineludiblemente tome este libro como referencia bibliográfica básica, material que, Gaspar Marrero, propone como sólida apreciación de la figura de un artista virtuoso, en ventaja apreciable frente a otros posibles pasajes dedicados a otros retratos, que poco o nada dicen… porque en verdad, poco o nada hicieron…
Por último, felicito a la especialista Liliana Casanella por el cuidado y probidad puesta en la edición del libro; a Juan Gaspar Marrero por entregarnos sus conocimientos; y al sello CIDMUC y su colección Música por el cumplimiento de la propuesta pactada; y en especial a todo el equipo técnico puesto en función y realización de este apreciado texto propicio para la publicación de este acertadísimo titulo.
Muchas Gracias.
José Reyes Fortún
Esp. Museo Nacional de la Música.
26 de abril del 2017
San Leopoldo (Alberto González) Roberto Faz y Conjunto Casino - 1951.
Juan José (Niño Rivera) Roberto Faz y Conjunto Casino - 1954.
FANIA - 50 AÑOS
OPINION MUSICAL
LA MÚSICA EN CUBA
Estimados Amigos:
Me preocupa el tono polémico y sectario con el que algunos están planteando la muerte de Fidel Castro que entre otros asuntos era muy limitado y desinteresado en la apreciación de la música, pero dejó hacer a otros.
No quería escribir, pero ante tantas noticias les diría que hay mucho para repasar en los millones de libros, los documentales, las películas, los discos, los videos que sacó la Revolución y que el mismo Cristóbal Díaz Ayala reconoce en defensa de la identidad y de la música tradicional que se estaba perdiendo. Basta mencionar a Odilio Urfé.
Solo les recuerdo una realización: El movimiento de aficionados, que logró organizar en la práctica 1.200.000 personas con todas las áreas de las bellas artes donde había música para el tiempo libre de los ciudadanos y que significó el 10% de la población de Cuba. Se nombraron instructores de arte y centros de cultura que aún existen.
Hubo pago mensual para los músicos, regalías más justas, y servicios de salud, reconocimientos y cursos de superación profesional.
Algunos solo mencionan - basados en los periódicos de Miami - los fusilamientos y barbaridades de una guerra, y la supuesta riqueza de Fidel Castro, pero se olvidan de:
- Una Reforma agraria y una reforma urbana que trajeron más igualdad para la mayoría de los cubanos.
- El rescate nacional de las riquezas y propiedades norteamericanas.
- Una campaña de alfabetización que acabó con el analfabetismo.
- Los servicios de salud y de educación, que salvaron miles de vidas y rescataron personas de la ignorancia.
- El suministro de los servicios públicos básicos a precios simbólicos.
- El suministro gratuito a la población de un mercado de canasta familiar.
- El impulso al deporte que mostró sus resultados a escala mundial.
- El estímulo a la investigación y la ciencia.
- La influencia mundial con su cultura y su música que produjo nuevos fenómenos y procesos.
Para que seguir enumerando si esto se sabe bien. Solo basta comparar con Miami lo que han aportado a la música y la cultura de Latinoamérica y del mundo que son bien magros sus resultados, como lo sería ahora la Cuba de Batista.
Por algunas razones de peso, mi hija Armonía y Fabián después de conocer la realidad colombiana en Bogotá por más de dos años, han escogido Cuba para vivir y para criar a su hijo, Samuel. Y no están arrepentidos aunque la Isla no es un paraíso ni está exenta de muchos y graves problemas.
Yo trato de mirar y evaluar lo grueso del proceso de la Revolución cubana y no puedo estar de acuerdo en la vía equivocada de la teoría del Foco guerrillero que generaría la revolución en muchos países, ni tampoco en el recorte penoso y vergonzoso hasta nuestros días de las libertades de las personas y los grupos, ni puedo justificar la ineficiencia económica que ha demostrado el sistema, aunque el bloqueo tenga parte en su fracaso, sin ser la causa fundamental de sus fallas, pero si fue la razón política que impulsó a Castro a decidir la alianza con la URSS que pagó millones de rublos por tener una cabeza de playa cerca de USA.
Nuestra inteligencia merece emplearse en un examen más amplio, dialéctico y comprensivo de las realidades sociales, no solo en fuentes rabiosas derechistas de La Florida. ¿Habrán leído a Johnn Lee Anderson, periodista norteamericano por ejemplo? ¿No recuerdan los libros de nuestro admirado Leonardo Acosta? ¿Incluso la obra notable de Radamés Giro?
Yo también quiero preguntar: ¿Cómo se sentirían los pacientes de un médico y su conciencia si sólo operara con la mano derecha?
Deploro el tono fanático que se emplea en estos días.
César Pagano Villegas
PD: Me despido con un poema de Borges
Dialogar
"Nuestra vida, como estos diálogos y como todas las cosas, ha sido prefijada.
También los temas a los que nos hemos acercado.
Con el correr de la conversación he advertido que el diálogo es un género literario, una forma indirecta de escribir.
El deber de todas las cosas es ser una felicidad; si no son una felicidad son inútiles o perjudiciales.
A esta altura de mi vida siento estos diálogos como una felicidad. Las polémicas son inútiles, estar de antemano de un lado o del otro es un error, sobre todo si se oye la conversación como una polémica, si se la ve como un juego en el cual alguien gana o alguien pierde.
El diálogo tiene que ser una investigación y poco importa que la verdad salga de uno o de la boca de otro.
Yo he tratado de pensar al conversar, que es indiferente que yo tenga razón o que tenga razón usted; lo importante es llegar a una conclusión, y de qué lado de la mesa llega eso, o de qué boca, o de qué rostro, o desde que nombre es lo de menos".
Jorge Luis Borges
LUIS RAFAEL SÁNCHEZ
Escritor de Puerto Rico, autor de los libros que aluden a "El Inquieto Anacobero": "La guaracha del macho Camacho" (1976) y "La importancia de llamarse Daniel Santos" (1989), el pasado 15 de marzo de 2016, dentro del marco del Séptimo Congreso Internacional de la Lengua Española, realizado en San Juan (Puerto Rico), pronunció un discurso magistral que recoge el pensamiento nacionalista de Daniel Santos, aún vigente.
La siguiente frase resume en parte este discurso: "... curiosidad sociológica, el credo independentista fracasa en las urnas, pero el credo puertorriqueñista arrasa en la calle ...", los invitamos a que escuchen este agradable discurso, lleno de citas y de magnificas elucubraciones, el escritor aún está en activo en Puerto Rico a sus 80 años de vida.
Sus escritos y ensayos retratan a su país de una manera cruda, no ahorra epítetos para calificar la situación social crítica de la mayoría de la población boricua. Veamos este agradable video a continuación.
Para que hagamos agradable la visita a esta sección de nuestra página web, les proponemos dos temas musicales en tiempo de punto cubano, género musical de los guajiros cubanos que canta al campo, a la pobreza y a la situación social de los campesinos en Cuba antes y después de la Revolución Cubana.
El primer tema "Mi Guayabera", tomado del programa "Memorias" de Radio Rebelde, habla de ese traje típico cubano, que es netamente guajiro o campesino, creado en el oriente de la isla, tema compuesto por el cubano Evelio Rodríguez, cantado por él mismo acompañado por el Conjunto Los Sonoros.
El segundo tema "Canto a borinquen", de Celina González, para darle significancia con los dos artículos anteriores, como dijo la poetisa "Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas, reciben flores y balas en un solo corazón", dentro del texto de la canción se oye a Celina decir "... Daniel Santos te cantó su música almibarada ...", esperamos sean de su agrado.
Mi guayabera (Evelio Rodríguez) Conjunto Los Sonoros - Punto Cubano.
Canto a Borinquen (Celina González) Celina y Reutilio - Punto Cubano.
El escrito del profesor César Villegas es de noviembre 28 de 2016 y el discurso de Luis Rafael Sánchez es de marzo 15 de 2016. Artículos publicados por Jaime Suárez C., el día 8 de enero de 2017.
ASOCIACIÓN DE AMIGOS, COLECCIONISTAS Y MELÓMANOS DE CALI
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